22 de noviembre de 2016

Conocí a una chica en un taller...

Conocí a una chica en un taller y tantas cosas han vuelto a la vida. Las palabras fluyen, desafiantes, sin alguien que las detenga, pues no se dejarán vencer. Dan paso a sonrisas que caen como regalos desde lejos, más allá de donde alcanza la vista. Acarreadas por un viento proveniente de otra ciudad, acariciando mi mejilla, forzando una nueva sonrisa que no me quiere dejar.

Me siento despierto, expectante, con ganas de más. Las posibilidades me fascinan, mientras los viejos fantasmas retroceden. Enloquecen, pues la impotencia hace temblar su andar, temerosos, buscan refugio de esa estrella, esa que se rehusa a dejar de brillar.

¿Qué puedo decir? He caído, me entrego y me dejo llevar por aquel camino desconocido. Pues la sonrisa de oreja a oreja se comparte, los ojos achinados se vuelven constantes, y el pecho vibrando alto no me asusta. Abrazo la duda, el saber y la posibilidad que trae.

Quiero seguir leyendo sus palabras, quiero seguir escuchando sus canciones, quiero seguir haciéndola sonreír.

Conocí a una chica en un taller, que brilla y ronrronea. Y me apela, me apela de alguna loca, loca manera. 

4 de septiembre de 2016

Despertar

Y mientras yo estaba aquí, perdido, ciego e incapacitado. Con los ojos nublados y llenos de ira ante un camino bifurcado, recorriendo una tierra que creía estéril, completamente inconsciente de los frutos que darían las semillas del pasado.

He vuelto a despertar. Esta vez es diferente, más aterrizado, más terrenal. Con mayor conciencia de los miedos que te rodean, con mayor convicción de que es la oportunidad que debo tomar. Pero no es el momento. No debo gritar mientras mis palabras se vean así de conflictuadas, no otra vez, no como aquel final.

Es la ocasión para dar el paso de un nuevo comienzo y dejar los viejos fantasmas atrás. Es la hora de adentrarme en el bosque de tus cabellos, mientras me desintegro, mientras el amor resuena entre tu risa y mis memorias, mientas siga creyendo que no hay algo mejor que estoy dejando atrás.

Eres el despertar que todo el tiempo eludía mis pasos, el desvío del camino pactado, aquello que mis ojos ciegos necesitaban ver para rendirse, lo que mi mente necesitaba encontrar para dejar de evitar. Eres la pregunta que hace temblar la tierra sobre la cual mis pies se sentían tan seguros, el cuestionamiento que derrumba mis cimientos, el remezón que derrumba la ilusión para dar paso a la claridad.

Eres el bosque en el cual quiero perderme mientras mi viejo yo se desintegra junto a sus miedos. Eres las ganas de volver a sentir esas caricias y retribuirlas con una sonrisa, las ganas de dejar de buscar, de ser el momento adecuado, de exponerme sin la necesidad de estar protegido por una muralla, de salir al mundo sin el temor de verlo estallar.

Eres el estar perdido mientras le sonrío a la necesidad de control que se desvanece, la grieta que se expande y derrumba un mundo cuidadosamente construido, el golpe de realidad que abofetea mis mentiras.

No es una declaración de amor ni una promesa hasta el fin de nuestras vidas. Es sólo libertad absoluta y el querer compartir el tiempo que no existe, vivir una realidad construida, moldeada por nuestras risas y momentos que se apilan poco a poco, acumulando nuevas caricias en base a las cuales volver a sonreír juntos... algún día

Eres un lugar que había olvidado, o que tal vez nunca supe que existía.

Mis rodillas tiemblan y me rindo con una cansada sonrisa. Ya no quiero caminar más, pues he encontrado el bosque en el cual quiero (por ahora) perderme para siempre.

Snap


La ceguera emocional es un lujo que sale caro y que la mayoría de la veces es (auto)destructivo 
Alice Miller

"It's time to wake up" says the tiny voice inside your head. So often and for so long ignored, it has finally said "this is too much". For there it stands, determined, torch in hand. Conquering your fears, a battlecry into the dark, leading an army, going forward into the night. 

The shadowmask is starting to crack, the light is pushing its way out, the rotting behind is starting to get washed away, the demons are turning tail, running for the hills, hoping to survive the cleansing light.

Care for the jester, for he is cunning, pulling our strings to hold us back. He laughs in our nightmares, hoping to keep us stumbling in the dark. But not anymore, for I have decided to make a stand, face the inner dark and stop dancing to his music, before we become one.  

And, in just an instant, everything slides out of focus. All those long walks, all those steps, all those nights becoming morning suddenly turn meaningless. The past gets a new meaning and the future it promised looks old, repetitive, dim, uninviting. 

 I would like for the light that travels across my eyes to reach out to yours. Such beauty, such strength, negated by an obscured sight. The mirror lies to you and I just want to smash it, for the slight chance that you'll see your real reflection in one of those thousands of fragments floating before your eyes. Before it's too late, before they reach the ground. Before we, too, fall alongside them to become forgotten dust.

My hand is reaching, standing alone in the dark, threatened to be consumed by the ghosts of my past. But I have not yielded, for I have never believed in anything this much.