Necesito la capacidad de entender esto, Dios, si ha pasado tanto tiempo, años inconexos de ausencia perpetua que comenzaba a ser casi perfecta, palabras viejas empolvándose en el ropero y fotos cada día menos sonrientes, pero no, como siempre no puede ser suficiente, irrumpes y siques sólo porque tú lo quieres, esa ciega obsesión tras tus risas y mi cigarro, el humo que todo lo nubla por tan sólo un instante y el oscuro final.
Es que tu mundo se derrumba y vuelves a sacudir el mío sin detenerte un maldito instante a pensar cuan destrozado lo dejaste, no esperes esa vieja sonrisa que hoy se fue un error pues finalmente el malo seguiré siendo yo y aunque para tus ojos mi risa sigue siendo diabólica la verdad no es más que melancólica.
No se si leerás esto y si identificarás estas palabras como tuyas, hay tanto para ti en estas páginas que nunca llegará a tus ojos que ya no me importa decir cuanto odio esta ambiguedad que se apodera día a día de mi rostro.
La música anuncia un abrupto final y el crepúsculo se acerca cargado de presentimiento, pese a todo ello sé muy bien que esto no ha hecho más que comenzar.
Hoy dejo de correr y de mirar atrás.
Ciertamente, la verdad os liberará.
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