30 de marzo de 2013
29 de marzo de 2013
23 de marzo de 2013
Simulacro
El sol está más radiante que en cualquiera de mis recuerdos, además de eso nada importa, sólo los pasos cada vez más acelerados para llegar por quinto día consecutivo al mismo lugar. Soy yo o cada día se ve más hermosa, sentada en el borde de la fuente, con su cabello castaño moviéndose con cada capricho del viento y sus ojos clavados en los peces dorados, descubriendo cada día lo que tardan minutos en olvidar.
Me dijo una vez que su vida no debe ser tan mala, pues el estar atrapado es sólo una cuestión de conciencia o noción, si lo olvidan todo tras unos minutos, en realidad todo es nuevo para ellos, y cada día descrubren algo nuevo en ese diminuto mundo en el que están condenados a marchar.
Me pregunto si le gustaría conocerme de nuevo cada día. O si cada día me quiere olvidar.
Evitarlo pareció ser fácil al principio, pero como tantas veces antes el destino me mostró estar equivocado, la verdad, te tenía miedo, no pensé que podría entregarme y sentir como antes. Eres la verdad, y fiel a tu nombre lo destrozas todo. Aunque esta vez fue para mejor.
Pero no, despertador al rescate.
Sólo palabras
Cada día un poco más lejos. Me dejo caer un poco más en el olvido y falto tanto que pronto dejaré de hacer falta, dicen. Pero al menos hoy, ni ayer, ni mañana, le doy importancia. La soledad está infravalorada y la gente ha olvidado a sumergirse y perderse dentro de sí misma. Hay tanto por hacer y descubrir, tantos lugares en los cuales perderse hasta perder la noción del tiempo, y a veces hasta del espacio. Tantas estrellas en el cielo, tantas personas por conocer.
¿Yo? No olvido, y soy de esos pocos que practican el mensaje. Aunque a veces me pregunto la finalidad de cada día, las noches llegan con varias horas de tiempo reproducido y decenas, o a veces cientos, de páginas recorridas, pero al final qué es lo que prevalece. ¿Es que acaso necesito ver más gente? Creo que necesito aprender a sentir, como algune vez lo hice, como no lo hago hace mucho tiempo.
Son sólo palabras, esto es diferentes, fluido y inesperado. Bueno, no tan fluido. Abuso de la puntuación, lo sé. Significa nada, ya que decir "no significa nada" es negar que eso significa nada, ergo, significa algo, uno de los tantos errores y contradicciones de nuestra lengua. "It means nothing" es lo que realmente viene a mi mente. Los viejos vicios afloran, incluso ante la más grande adversidad.
Ha pasado mucho tiempo y cada día me encuentro más diferente, mientras el espejo siga diciendo que un improvement, I have nothing to worry about. O at least that's what I say every night before I fall
9 de marzo de 2013
Lugar incierto
"Todo ha terminado", mienten mis deseos frente al espejo, pero sea como sea tu moraleja queda grabada a fuego en mi cabeza, mientras las notas del pasado siguen presentes en mi conciencia y la última campanada cae junto al último pétalo marchito, para tocar tus lágrimas y marcar el final de tan estática vida.
Me has mantenido vivo, si, pero hoy te maldigo antes de decir adiós. Maldito ser racional que me induces a esta pausa luego de la cual sólo me obligas a escapar, dejando la despedida oculta tras la puerta.
El tercer ojo sigue ciego y sólo recurro a ti cuando no encuentro más que vacío dentro, pero ella es más fuerte de lo que podrás ser jamás - miento - o al menos espero que lo sea - ella o la mentira - hoy creo que da igual.
Es sólo una noche como cualquier otra, lo entiendo, no te puedo culpar. Es una de esas horas atrapado en tan incierto lugar.
Adivinanzas
Ante la más grande sonrisa y en el momento en que la victoria está asegurada el espejo se destroza frente a mis ojos, sólo para revelar la eterna derrota y la misma sombra tras mi espalda, en cada rincón, y tras cada paso que pueda dar.
El hombre tras la cortina es sólo una nueva ilusión matutina, una metáfora para el desespero de necesitar lo que menos quiero de nuevo en mi vida, una nueva adivinanza para tropezar cada día. Si fuera por construir empezaría con esta melodía, pero sólo quiero olvidar para salir de tus garras y de esta melancolía.
Aún escucho tu voz dentro de mi cabeza, ésta es la peor hora de cada día, cuando realizo que la seguridad de no necesitarte más dentro de mi vida es sólo una ilusión que dura tanto como el espejo y mi falsa sonrisa lo permitan.
Hora de soñar y con ello volver a olvidar y engañar a mi reflejo, ha pasado tanto tiempo que ya no sé si el reflejo es fiel o sólo una nueva ilusión de lo que pretendo ser, o un eterno recordatorio de aquello a lo que nunca volveré.
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