Escribo sintiéndome abatido, derrotado, impotente, incrédulo e indignado. Fuimos arrastrados por los productos, quienes hoy fueron mayoría, aquellos que ven 24 horas o Teletrece y creen estar informados.
¿Es que no se dan cuenta, o simplemente prefieren prender la tele y seguir viendo un reality que nada tiene de realidad?
Manos alzadas en una coreografía maldita, sellando sus propios destinos con un aplauso atronador. Incapaces de mirar más allá de su propia nariz, pues el pan sigue apareciendo cada día sobre sus mesas.
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