Es el final.
Esta vez es real y no hay nada que puedas hacer al respecto. Es más que
un mero vistazo a la verdad apenas visible en el espejo. Es el primer paso
hacia adelante sin el miedo de estar dejando algo mejor atrás. Es la primera
grieta en la máscara de tus miedos, por la cual se filtra la necesidad de
controlarlo todo que te ha mantenido ciega, siempre bajo la misma luz y pensando el
mismo sueño, siempre en círculos y tropezando con la misma piedra. Pero hoy no,
hoy es el tan temido "hasta nunca jamás".
Es el no saber en qué idioma escribir ni cómo terminar lo que empezaste,
mientras las palabras caen como un aplauso atronador sobre tus hombros,
silenciando todo lo demás. El mundo a tu alrededor se vuelve apenas perceptible
bajo la lluvia que nubla tu mirada, ocultando el pasado, ese que corre
lentamente por tus mejillas mientras huyes sin importar hacia donde, todo lo
que importa es no detenerse, y por ningún motivo mirar atrás.
El mundo se sale de foco, mientras el dorso de la mano, desesperado, no
hacía más que difuminarlo todo un poco más, dejando un rastro de recuerdos
fracturados. Era verse nuevamente frente al espejo destrozado que hacía brotar
el llanto carmesí que tanto tiempo habían guardado tus manos cansadas.
Ya nada
tenía sentido, no sabía si reír o llorar, y por primera vez no le importaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario