Quiero verte siempre a pesar de saber que no es lo mejor, pero cómo dejarte si mi vida es tal sólo desde que tu estás en ella y siento que no puedo siquiera respirar con tan sólo la idea de perderte, mis ojos se nublan y por mis mejillas corre la fuerza para seguir luchando pues hoy me encuentro agotado.
Me encuentro atrapado en nuestros viejos recuerdos ciegos y felices, entre las arenas movedizas del tiempo y tu miel venenosa, ya no puedo levantar los pies y la ceguera es más tentadora mientras conlleva la sonrisa perdida ante tu silla vacía.
Me enseñaste a tenerlo todo con tan poco y ahora te vas para dejarme con nada, sólo quiero ahogarme en tu miel venenosa hasta el fin de mis días y ver tantas cosas que son tan mentira como el volver a dormir en tu regazo y abrir ese regalo cuya envoltura perfecta es la mejor parte.
Por alguna razón que escapa a mi comprensión te veo caminar hacia el sur mientras mis pasos siguen hacia un norte cada vez más borroso y lejano, hacia un destino que carece de todo sentido pues fue pensado como un camino para dos que hoy no ofrece nada para mi cuando lo tenía todo para nosotros, palabra que hoy desconozco pues sin ti no soy yo y sin nosotros no soy nadie.
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