23 de noviembre de 2012

Luz y oscuridad


Todo parece tan fácil contigo a mi lado, con esa sonrisa que disipa cuantas nubes hayan en mi cabeza sin importar cuán negras sean y cuan profundo sus raíces dominen mis pensamientos.

Eres la calma que precede una tormenta que nunca llega o en la cual me veo inmerso sin siquiera darme cuenta, pues todo parece ser tan bueno que sólo puedo encontrarme atrapado en el ojo del huracán, del cual no puedo salir y no me lleva a ningún lugar.

Cambios abruptos y puertas que se cierran pero ninguna ventana se abre tras ellas, un breve momento a través del cual las nubes dejan ver las estrellas para los sueños quedarse con ellas, melodía feliz acompañada de palabras tristes, lluvia esperanzadora para limpiar tus mentiras de mis ojos ciegos y cansados, un nuevo árbol que se alza sobre las cenizas del anterior, ya olvidado entre tantos altos y bajos.

Cadenas suenan al unísono con los pasos cansados de miles de esclavos que labran el camino de la perdición, cada uno igual al anterior, ojos vacíos y sin corazón al cual llegar, flautas que se pierden a sus oídos entrenados para escuchar la única voz que no habla por ellos, el fin desde el comienzo para una vida sin sentido que complete tan preciado ritual.

Hoy no eres tú, hoy son sólo las ganas de correr y escapar de tan incierto final bajo la luz para sumirse nuevamente en la oscuridad.

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