25 de noviembre de 2012

The Undisputed truth


No me he olvidado de ti, escondida en la esquina donde no llega la luz con la sombra como tu única amiga, viendo el interminable baile de aquellos con sus máscaras de sonrisas, el ballet perfecto que destroza tantas vidas para serlo.

Un espectáculo digno del recuerdo, una fachada para tantas sonrisas invertidas escondidas bajo la alfombra y tras la ventana, pasos que siguen el tintineo y la sombra de sus cadenas al pie de la letra, un desliz que de tener lugar significa el abrupto final y un aplauso fingido menos ante el estrado.

Sólo tus ojos y el destello que recorre tu rostro te delatan, demasiado ocupados persiguiendo sus colas y siguiendo sus propios pasos están ellos como para notarte, sus reflectores que los dejan un poco más ciegos cada día demarcan su camino sin acercarse jamás a tu esquina, demasiado ocupados y muy poco visionarios como para siquiera notar su presencia, no logran ver el futuro negro  y amargo que cae por tus mejillas, cada noche con los mismos errores, cada mañana adelantada por las mismas pesadillas.

Por una noche el telón baja y todas las luces se apagan, con ellas desaparecen dos estrellas y sus estelas del fondo para dominar el escenario, sólo por un instante, lo eres todo para luego correr, desaparecer y nunca mirar atrás.

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