Y a mitad de camino me detengo, miro atrás y me encuentro tan distante a esas viejas emociones y pasiones que de ellas sólo recuerdo su nombre, ya no las entiendo y desconocerlas de esta forma es algo que me comienza a dar miedo, es una versión beta de este nuevo corazón destrozado que espero nunca llegue a ser plena, porque sólo decirlo nunca es suficiente y desaparecer nunca dura para siempre.
Las horas pasan y poco a poco escucho como los gallos cantan aun Sol que día a día se atrasa, mis ojos desconocen sus primeros rayos y ese sonido hoy me es tan familiar que cada vez comprendo más que hay algo en mí que está mal, que soy yo quien debe cambiar, que soy yo a quien le debería importar.
Pero no, no hubo esa suerte, ninguna suerte en absoluto, quizás es demasiado tarde para estas letras que se vuelven ilegibles y no sé si su sentido alguna vez llegará a tus ojos para volverse a apreciar.
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