14 de noviembre de 2010

Viajar

Esto de leer a Fuguet, es como reencontrarse con viejos conocidos para descubrir que hoy son amigos, es como conocer tantas cosas nuevas con olor a recuerdo que miro todo de una manera diferente, es haber encontrado ese lugar que siempre busqué en el lugar en el que nunca hubiese mirado, es encontrarme a mi mismo, es escapar, porque hoy no fui un viajero, ni un turista, hoy escapé.

"Escapar", palabra que -como muy bien dice Alberto- tiene mucho más que ver con el inicio, con el lugar del cual se quiere escapar, que con el destino, pues no importa cual sea éste, lo importante es borrarse, olvidarse quién es uno, para encontrarse.

Hoy, sentí una gran necesidad de escapar, quería ver gente, hacer algo diferente, pues no importa cuan autista sea (mucho), necesito un contacto de vez en cuando, busqué un lugar frecuente y cómodo, llamé y nadie levantó el teléfono al otro lado de mi esperanza, fue entonces cuando me di cuenta que puedo escapar y realizar un viaje a ese lugar donde son los verdaderos viajes, sin importar cuán autista sea, tomé "Apuntes Autistas", que, hoy por hoy, se ha convertido en mi Biblia, y salí a caminar.

Leer "Apuntes Autistas" se ha convertido en toda una experiencia, y, aún más importante, nueva, es el libro que más he tardado en leer, llevo algo más de una semana y recién estoy en la página 190, y, curiosamente, es el mejor libro con el que me he topado, y el más adictivo, por eso lo leo con un detenimiento que me desconocía, cada página es un viaje diferente a un nuevo lugar, tan nuevo, como familiar, mi lista de cinefilia ha crecido de gran manera, he descargado tantas películas y tantos libros se han agregado a "Necesidades".

Caminé con el "Soundtrack de mi vida", esas canciones que han acompañado a Gastón y a Ariel en sus propios viajes, me di cuenta que tengo bastante de ambos, mucho más de Ariel, sin el doble apellido, aprendiendo un poco más de mi autista cinefilia y sin la bicicleta, de Gastón, bueno, de Gastón, puedo decir que soy tan soñador como él.

"Subterráneo" acompaña mis pasos, miro todo de una forma diferente, como si fuera la primera vez, no tengo un destino claro, y quizás, esa es la magia de escapar, llegué al Paseo Ahumada, me senté afuera de una pizería, pedí un sandwich -Barros Luco palta, la última invención de mi hermana- y una coca-cola, para pasar ese calor que hoy es parte de mi, ya escapado, con "Emerger", "Encontrar", "Celda" y, por supuesto "Subterráneo" resguardando mi viaje, comencé a leer "Apuntes Autistas", fue en ese momento en que aquella frase de L.P. Hartley se me vino a la mente, era un extranjero en mi propio país, aunque eso es más que un hecho, considerando el lugar del que provengo, mientras leía - y esperaba mi comida- de vez en cuando levantaba la mirada, y encontraba tantas miradas extrañadas dirigidas a mi, como si fuese de otro planeta, en una ciudad como Santiago, quién lee sentado en Paseo Ahumada, ¿no?.

"Como si fuese de otro planeta..." no se si lo soy, pero hoy, y desde hace un tiempo, estoy en otro planeta, ese llamado -por mi- "Planeta Fuguet", Planeta Fuguet, si, raro, ¿no?.

Planeta que comenzó a surgir hace ya un tiempo, cuando conocí a Fuguet, allá por el año 2007, con "Se Arrienda", una de las pocas cosas buenas que me dejó mi ex, junto a "Velódromo" y el propio "Apuntes Autistas" han creado en mi un sentido de pertenencia único, y, me han demostrado que no soy el único, ése cúmulo de recuerdos y sentimientos, de cintas, cinefilia, canciones y libros a los que Fuguet y su mundo me han abierto la puerta, y que han construido tanto el suyo como formado el mío, junto con su pensamiento, tan acertado -y tan diferente para la mayoría, creo-, es lo que llamo "Planeta Fuguet".

"Leer" y "Narrar", palabras poderosas, ¿para qué narro?, ¿para qué escribo?, por ahora, porque me sirve, me ayuda a pensar, meditar, porque me gusta escribir cosas, luego leerlas, y me gusta esa sensación de "no puedo creer que yo haya escrito esto", no sé si escribo para que me lean, no sé si me leen o si me gusta ser leído, aunque debo confesar que me gusta y me atrae la idea de ahora compartir el micrófono, me encanta sonreír de vuelta, encontrarme con cíclopes, sentirme identificado, llegar a un lugar que, por lo que me hace sentir, siempre es bueno, me gusta saber que hoy escribo sabiendo que al menos una persona me leerá, porque esa incertidumbre de no saber para qué -o para quién- escribir a veces aburre, aunque otra veces, el pensar que nadie te leerá te ayuda a escribir.

“El pasado es como un país extranjero. Allí hacen las cosas de otro modo." - L.P. Hartley

1 comentario:

  1. Una sola cosa que acotar, la próxima vez me llamas y salimos juntos a escapar.
    y bueno yo también llevaré algún libro regalón...

    hoy el micrófono fue todo tuyo.

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