La confianza es una espada de dos puntas y parece que ambas están apuntando hacia mi, es tiempo de abrir los ojos y darme cuenta que lo di todo y nada recibí, que lo correspondido era sólo una ilusión en mi nublado corazón que decidió ignorar toda advertencia y se lanzó con una confianza ciega e irreal.
Estoy jugando con cosas que están más allá de mi y siempre pienso que hay más tiempo pero siempre se acaba y nunca logro llegar, es todo o nada y no entiendo por qué no lo quieres intentar, lo se, nunca puedo ganar y siento que sólo pierdo una y otra vez.
Dime por qué me culpas a mi si se supone somos lo mismo, dime un número y que por favor no sea ese maldito 13 con el que primero te identifiqué y con el que luego me dejaste, dime por qué y será lo último de mi que escucharás pues ya no te quiero, sólo me conformo con saber, para al fin darme cuenta que no lo vales y que no eres siquiera la mitad de lo que soñé.
No hay salida de aquí, no hay salida para ti, tomaste un camino y fallaste pues de haberme seguido la salida sería sólo un recuerdo y no un misterio que día a día te acecha mientras consume lo mejor de ti.
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